Una mujer me dijo: «Yo no voy a ninguna iglesia ni a reuniones religiosas. Mi religión es estar con Dios. Y no necesito ninguna ayuda con eso».

Y un estudiante universitario añadió: «La Iglesia es lo más hipócrita que conozco. Hay algunas personas maravillosas en su interior, pero representan un 0,5% del total de sus miembros.  Así que, para mí, la Iglesia está muerta. Dios está bien vivo, pero no necesita a la Iglesia».

Entonces, ¿quién necesita a la Iglesia?

Creo que todos necesitamos a la Iglesia. Necesitamos juntarnos como grupos de creyentes para dedicarnos a «a las enseñanzas de los apóstoles, a la comunión fraternal, a participar juntos en las comidas (entre ellas la Cena del Señor), y a la oración» (Hechos 2:42).

Después de todo, la Iglesia no es un edificio ni una denominación; es la gente. Y creo que Dios se está moviendo hoy entre muchos cristianos en todo el mundo.

¿Has encontrado una iglesia local a la cual asistir? La Palabra de Dios declara: «Y no dejemos de congregarnos, como lo hacen algunos, sino animémonos unos a otros, sobre todo ahora que el día de su regreso se acerca» (Hebreos 10:25). Busca reunirte con una iglesia que predique (y practique) la Palabra de Dios.

El Señor desea derramar Sus bendiciones de una manera maravillosa. Y creo que lo hará a medida que cada miembro de la Iglesia de Dios (Su pueblo) se de cuenta de su responsabilidad como embajador de Cristo. Sí, has sido llamado a ministrar dentro de la Iglesia y a comunicar tu fe a los que aún no han escuchado la voz de Dios.