¿Quién soy? ¿Por qué estoy aquí?
¿Cuál es mi propósito?

¡Todas estas son buenas preguntas! La gente viaja por el mundo, lee, estudia, empieza y termina relaciones, incursionan en varias religiones… hacen toda clase de cosas en una búsqueda desesperada de respuestas.

Pero nadie encuentra verdaderas respuestas o una paz duradera hasta que recibe a Jesucristo. Solo en Él descubrimos nuestra identidad exacta y nuestro propósito único en la vida.

Jesucristo responde nuestras preguntas de identidad. Como fuimos hechos a Su imagen, cuando llegamos a conocer a nuestro Hacedor, experimentamos paz interior.

Pero una vez que experimentas esa paz profunda, es fácil volverse ansioso sobre cuestiones prácticas de la vida. Te preguntas por qué y te sientes agobiado por la culpa. Te cuestionas que la pureza sexual sea posible. Te preocupas por tu matrimonio. Y tienes terror a la muerte y preguntas sobre el cielo.

Es bueno hacer las preguntas difíciles que te acosan. Y quiero guiarte para que encuentres las respuestas.

La buena noticia es que conocer a Jesucristo es pertinente para cualquier pregunta de la vida. Él quiere que experimentes el perdón inmediato, la limpieza, la libertad, la paz y la guía que provee. Y juntos, desentrañaremos las respuestas a las preguntas que te perturban.